Un misterioso hombre se deshace de las pertenencias de una mujer desconocida (a la que quizás hayan torturado y asesinado anteriormente). Paralelamente a estos hechos, el tren donde viaja Paxton llega a su destino en Viena. Inmediatamente, es trasladado a un hospital y allí es interrogado por unos policías que le preguntan por su terrible experiencia en Eslovaquia. Paxton comienza a narrar los hechos vividos con sus amigos, los asesinatos de éstos y recuerda cómo él aniquiló uno por uno a todos sus captores, aunque este detalle lo omite ante la policía. Sin embargo, ellos le aseguran al joven que unas cámaras lo grabaron en la estación de Viena en el momento en que un hombre fue asesinado allí. Los policías hacen saber a Paxton su verdadera identidad y le muestran el tatuaje del perro sabueso, insignia de todos los pertenecientes a la “Caza de Élite” de la que él se escapó. Acto seguido, lo sujetan entre todos y uno de ellos le clava un bisturí violentamente, abriéndolo en canal.
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